El término cohousing o vivienda colaborativa es una de las alternativas a las residencias de mayores que más relevancia está adquiriendo entre la población senior. Pero no solo entre ellos ya que este tipo de comunidad se está extendiendo poco a poco a un rango más amplio de la población gracias a un objetivo con ele que se busca otra forma de vida, en la que primen las necesidades de los vecinos de ese espacio comunitario.

El cohousing, de origen inglés, responde como definición a un modelo de convivencia en el que sus integrantes comparten espacios comunes, pero tienen al mismo tiempo viviendas totalmente independientes en las que es posible tener una privacidad total. Estos entornos están dotados de una gran cantidad de servicios comunes, siendo totalmente planeados y gestionados por sus residentes de acuerdo a sus necesidades.

 

 

Qué es el cohousing y su origen

Este modelo de convivencia tan peculiar empezó en países como Dinamarca y los Países Bajos al tiempo que se iba extendiendo por el norte de Europa, Estados Unidos y Canadá. En nuestro país tras dar sus primeros pasos se fue poco a poco expandiendo con gran rapidez debido al pequeño cambio de paradigma que se está dando en la sociedad global y en nuestro país en particular. En definitiva, formar parte de una comunidad donde se valore más le economía social y solidaria, la convivencia, la autonomía, el crecimiento personal, la salud o la ayuda mutua.

Es cierto que los modelos de vivienda colaborativa pueden ser muy variados. Sin embargo, lo que predomina es la creación de proyectos de viviendas generados por las llamadas cooperativas en régimen de cesión de derecho de uso, una modalidad donde se paga una cuota mensual y se adquiere el derecho de uso de la vivienda y las zonas comunes, aunque la propiedad del inmueble es de la cooperativa.

 

Características, pros y contras del cohousing